El Gallizo

El vermú en La Magdalena es sagrado. El barrio vive un resurgir de tascas modernas, por lo que las opciones son variadas, pero entre todas, como lugar pionero destaca El Gallizo.

Conserva la atmósfera y algunos elementos del mobiliario de siempre, así como una enorme y preciosa barra de azulejos con motivos geométricos, que llama la atención desde el exterior. El Gallizo hace las veces de galería de arte, programando pequeñas exposiciones, y es un espacio muy dado a la tertulia, ya sea de cierta altura o algo más etílica.

La barra está siempre repleta de frituras de buena calidad, jamón con chorreras, alcachofas con queso, tacos picantes de pollo y de carne picada, calamares, vinagrillos, bocatas y una tortilla de patata a la altura de las mejores de la ciudad. Además, cuenta con un menú del día muy asequible y diverso.

Los domingos conviene dejarse caer a la hora del vermú, pues un ir y venir de peregrinos inunda el bar a golpe de jarra de cerveza y huevo gamba. El ambiente más tranquilo se encuentra en el patio interior, donde un viejo cartel de madera, con el nombre del bar, recuerda el pasado del mismo.