Casa Agustín

Casa Agustín forma parte de unas de las zonas más transitadas y animadas de todo el barrio de Delicias. A escasos metros de la avenida Madrid y con la calle Delicias a sus espaldas, la esquina que forma el bar siempre está plagada de asiduos que piden cañas de cerveza a través de su ventana, quienes, acompañados por el trasiego del cercano mercado, aportan una energía a la calle difícil de encontrar en otras zonas del barrio, que ayuda a creer en la supervivencia de las tascas de toda la vida.

Este establecimiento se fundó en la primera década del siglo XX, pero no fue hasta 1939 cuando Agustín Asso se trasladó al local que encontramos hoy en día, cuyo exterior se mantiene casi idéntico a como era en aquellos años. Hoy, jarra de cerveza en mano, nos recibe desde lo alto el baturro luminoso, a la vez que un antiguo cartel encima de la puerta deja muy claras las preferencias del lugar en cuanto a la cerveza y nos advierte de que aquí ésta se mima.

Las frituras y rebozados predominan en su abrumadora variedad de tapas y raciones, pero si algo destaca por encima de todo, son sus famosas anchoas en salmuera del cantábrico, que la clientela devora en platos de seis en seis, siempre acompañadas de, ojo, una de las cañas mejor tiradas de la ciudad, palabra. Otras especialidades de la casa son las madejas, mejillones, calamares... y no hay que dejar de probar el manojo de ajos tiernos fritos, preparados al momento y a un precio acorde a la sencillez del producto.

La pared de madera del interior, las fotografías de las raciones sobre fondo de mantel de cuadros, los barriles de cerveza perfectamente alineados contra la pared y los numerosos azulejos decorativos crean un espacio que, si bien dista de como se encontraba el bar en sus orígenes, posee un sabor propio y genuino que nos acerca a como fueron los numerosos bares y tascas que ocuparon las calles de uno de los barrios con más carácter de la capital.