De vermú con: Álex Ortega
músico
Álex no para: lo mismo lo encuentras con la cámara al cuello, convirtiendo en interesente cualquier discreto rincón de Zaragoza, como cocinando comida italiana, o subido a un escenario, tocando la guitarra y a viva voz con Calavera, o con los sabuesos de Underdogs. Le pedimos que nos hiciera un hueco para entrevistarle y nos llevó al Café de los Artistas. Allí nos descubrió su peculiar ambiente, los cuadros del mítico boxeador Perico Fernández, su vitrina vista, la ensalada de tomate, y el bocadillo Bolonia, que está cojonudo.
Vermú, ¿con sifón o sin sifón?
Con sifón y oliva.
Tortilla, ¿con cebolla o sin ella?
Con cebolla. A poder ser, hecha unas horas antes, ya del tiempo.
¿Tapa preferida?
Difícil elección... Para la hora del vermú no puede faltar una buena banderilla de boquerón en vinagre (con palillo plano, si no quieres que el pincho te haga la cobra).
De raciones, me quedo con las bravas. Confitadas por dentro y crujientes por fuera. Bien de mayonesa con toque de ajo y salsa muy picante. Las bravas tienen que picar, ¡joder! Pero si hay una tapa que merece ser venerada, es la croqueta. Receta laboriosa donde las haya y prueba de fuego para comprobar la calidad del establecimiento. Para esto soy bastante clásico: jamón o cocido.
Cocinas mucho, ¿cuál es el tipo de comida que más te gusta? ¿y lo que mejor te sale?
Me gusta mucho cocinar y lo hago siempre que puedo. Me vuelve loco la cocina italiana y americana. Y podría decirse que soy adicto a la pizza. También soy defensor del fast food bien hecho. Comida rápida no significa comida basura. Hay sándwiches y bocadillos maravillosos.
Está mal que yo lo diga, pero hay muchas cosas que me salen bien. Quizás lo que menos controle por falta de práctica, es el pescado y los platos de cuchara que tanto me gustan. Pero para eso ya tengo a mi padre, que es de quien he heredado el amor por la gastronomía. Si preguntas a mis amigos, te dirán que mi especialidad es la pasta, porque es lo que más les cocino por rapidez y presupuesto. Antes de ponerme a los fogones suelo mirar bastantes recetas hasta dar con la más pura e intento comprar los ingredientes más auténticos para respetar al máximo el plato. Aquí se hacen auténticas burradas con la pasta. A cualquier cosa con carne picada le llaman boloñesa, se usan tomates fritos, nata en las carbonaras y risottos, orégano para todo; por no hablar del concepto al dente...
«Me gustaría dar un concierto en el Ragtime».
¿La música o la cocina? ¿alguna canción que haga referencia?
Todo a la vez. Cocinar escuchando buena música con una copa de vino es uno de los mayores placeres de la vida. Ahora mismo solo se me viene a la cabeza el «asao asao asao asao asao con ensalaaada».
¿Algún bar mítico en el que hayas tocado?
Mitiquísimo. El Mar de dios. Casi nadie lo sabe, pero la primera vez en mi vida que me subí a un escenario fue allí.
¿En qué bar te gustaría dar un concierto?
En el Ragtime. Y espero hacerlo. Mi bar favorito de Zaragoza. Está cerca de cumplir los treinta años y me parece el mejor sitio para ir a conversar, cerveza en mano, con buena música asegurada. También puedes ir solo y hablar con Jesús o con cualquiera de sus parroquianos. Los sábados por la noche hay sorpresa.
¿Sobre qué bar podrías escribir una canción?
Sobre el Ragtime. De hecho tengo un par de estrofas por ahí, a ver si les doy salida en un futuro.
Respecto a Calavera, ¿tenéis algún bar cerca del local de ensayo al que vais? ¿haces rancho en el corral del local?
Pues no. La verdad es que no hacemos mucha vida en el local más allá de los ensayos, pero sí os puedo decir que tenemos un sitio al que acudimos con frecuencia para reunirnos a tratar temas calaveriles: El Mostaza. El clásico frankfurt de toda la vida que mejor ha envejecido. Plancha y vitrina a la vista, nunca defraudan sus patatas fritas con esa mayonesa de leche, las salchichas y hamburguesas con distintos panes o los bocadillos, y especial mención al mejor beicon de la ciudad. ¡Y por supuesto las mostazas! Tenemos los cajones llenos de cerillas, ya sabes.
«Echo de menos el Bar Navarro, es el sitio al que más veces he ido con mis padres cuando era crío, y hace años que no he vuelto».
¿Por qué nos has traído a este bar?
Porque tienen pegatinas de la NASA, cuadros pintados por el boxeador Perico Fernández, fotos de Chiquetete y la Pantoja, y un diploma de La Casa Blanca. Porque en el mostrador de la entrada puedes ver la alta calidad del género y te lo cortan justo antes de pasarlo por la plancha. Porque hay que conocer a sus tres camareros y a su clientela variopinta. Porque aunque intentes emularlo en casa, NUNCA consigues que te salga igual. Porque por menos de diez euros con bebida incluida, te comes uno de los mejores bocatas de la ciudad.
¿Echas de menos algún bar en Zaragoza?
Echo de menos el Bar Navarro. No porque haya cerrado, sino porque es el sitio al que más veces he ido con mis padres cuando era crío, y hace años que no he vuelto. Recuerdo perfectamente las salmueras, las croquetas de bacalao, los chipirones en su tinta y el jamón. ¡Un clásico muy apropiado para El Guardabares!
¿Qué bar de Zaragoza no nos podemos perder?
La Tasca de Blas, el Mostaza y el Symbol.